LA LEPRA

Dr. Luis Cárdenas Bravo

 

Todos habremos escuchado en más de una ocasión algo referente a la lepra y a la que desde hace siglos se le menciona en diversos documentos, entre ellos la Biblia y en los que reluce un concepto terrorífico de la lepra; de hecho, a quien se le diagnosticaba lepra era excluido de su familia y de las ciudades, perdía sus propiedades y toda posibilidad de contacto social y durante miles de años no había posibilidad de curación. La gente no quería ni siquiera mirarlos ni mucho menos que un leproso los mirara porque creían que tan solo con la vista se podía transmitir la enfermedad.  Desafortunadamente hay personas que hoy en día sigue creyendo lo anterior, y si bien es una enfermedad infectocontagiosa en realidad su capacidad de contagio es muy baja y se considera que solo se adquiere por un contacto íntimo y prolongado.

La finalidad de este pequeño artículo es contribuir a que las personas estén mejor informadas sobre esta enfermedad para tener una mejor consideración de estos pacientes y evitar la discriminación y el estigma que desafortunadamente aún sufren.

La lepra es una enfermedad infectocontagiosa causada por dos bacterias: Mycobacterium leprae y por Mycobacterium lepromatosis, ninguno de los cuales se puede cultivar en el laboratorio. Se adquiere únicamente por contagio humano, íntimo y prolongado. La vía de transmisión es la vía aérea a través de la mucosa nasal, aunque no puede descartarse que pudiera ser por la piel también. El contagio suele producirse en la infancia o en la adolescencia y se ve favorecido por condiciones de pobreza, hacinamiento, falta de higiene y malnutrición. Se calcula que solo el 3% al 6% de los contactos familiares con pacientes de lepra desarrollan la enfermedad. La lepra afecta principalmente la piel y los nervios periféricos. Y actualmente es curable.

Las manifestaciones son variables y existe en medicina una clasificación según el tipo de lesiones, pero a nivel general podemos decir que incluyen: Lesión(es) cutánea(s) hipopigmentada(s) o rojiza(s) con pérdida definitiva de sensibilidad. y de la movilidad de las manos, los pies o la cara. Están asociadas a adormecimiento (anestesia), falta de vello e incluso causa la ausencia de cejas (alopecia) y falta de sudoración (anhidrosis). La localización más frecuente es en cara, tronco y extremidades. En algunos pacientes la infiltración de la piel de la cara ocasiona un engrosado en los pliegues que ha sido llamada facies leonina por considerar que tienen una cara con aspecto de un león.

Es de destacar que la pérdida de la sensibilidad al calor es la primera que aparece y posteriormente la pérdida de la sensibilidad al dolor, de esta forma son pacientes con lesiones severas de la piel por quemaduras o heridas que finalmente van causando mutilaciones y en etapas avanzadas solo tengan muñones de dedos o de manos, lo que da un aspecto lastimoso de estos pacientes que en estas etapas viven un gran sufrimiento.

Deseamos destacar entonces: 1) que los datos de alerta son zonas irregulares en la piel, de color blanquecino, café o rojizo y que además no tienen sensación ni al calor ni al dolor y con pérdida además del vello; y 2) Que es una enfermedad curable y que incluso las instituciones oficiales de salud dan el tratamiento de manera gratuita.