Control Prenatal y su Importancia.

Dr. Ricardo Álvarez Díaz.
Ginecólogo y Obstetra del Hospital La Luz.
Ced. Prof: 5290047. Ced. Esp: 09167323

Si estás pensando tener un bebé, seguramente te has preguntado, ¿debería tener un control
prenatal?

Por lo que te explicaremos brevemente y te ayudaremos a la vez a contestarte esta pregunta.

Durante siglos, el embarazo y el parto han constituido momentos decisivos para la mujer; no solo
por significar la continuidad de la especie, sino por el riesgo de vida que ha representado tanto para
ella como para su descendencia. Desde entonces, se sabe que no solo el momento del parto es una
situación riesgosa; sino también los sucesos, complicaciones y patologías que pueden ocurrir
durante todo el proceso de la gestación.

¿El embarazo no es un proceso natural de la mujer?

Acaso no es algo normal. Entendemos que el
embarazo es un estado fisiológico de la mujer que dejado a su evolución espontánea en la mayoría
de los casos no supondrá problema de salud alguno; sin embargo, esta no es una situación estable,
no es lineal ya que durante el transcurso del embarazo existen altibajos continuamente que pueden
condicionar un estado critico para la mujer embarazada y por obvias razones para el bebe que se
espera.

Hoy en día es más frecuente que las parejas programen sus embarazos, lo cual permite que
consulten antes al especialista, con el objetivo de reducir los riesgos que sean modificables. Sin
embargo, aún existe una proporción significativa de embarazos que no son planeados, en los cuales
las consecuencias negativas de muchos comportamientos, enfermedades y medicamentos podrían
afectar el desarrollo de un embarazo precoz y a menudo dañar al feto, antes de que la mujer se dé
cuenta que está embarazada.

Tener un control regular desde una etapa muy temprana incluso antes de la concepción permite
identificar a las pacientes con mayor riesgo obstétrico y perinatal, además de contribuir a conductas
saludables durante el embarazo.

La importancia de tener un control prenatal en orden reside en lograr que evolucione de tal manera
que ambos tengan un excelente estado de salud, solo así podrás garantizar que la llegada de tu bebé
se dé en las mejores condiciones posibles, además, de esta manera tanto tú, como tu ginecólogo,
tendrán una gran fuente de información sobre el desarrollo de ambos, lo que a su vez, puede
ayudarlos a prevenir un gran número de complicaciones.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) resalta su importancia y ha publicado en noviembre de
2016 una nueva serie de recomendaciones en aras de mejorar la atención prenatal. Con estas
recomendaciones, la institución pretende reducir la mortalidad materna y prenatal en todo el
mundo, con especial hincapié en las mujeres y adolescentes que viven en entornos donde hay
escaso acceso a servicios asistenciales, así como garantizar que las embarazadas tengan una
experiencia positiva de la maternidad.

Entonces los principales objetivos del control prenatal son identificar aquellos pacientes de mayor
riesgo, con el fin de realizar intervenciones en forma oportuna que permitan prevenir dichos riesgos
y así lograr un buen resultado perinatal. Esto se realiza a través de la historia médica y reproductiva
de la mujer, el examen físico, la realización de algunos exámenes de laboratorio y exámenes de
ultrasonido. Además es importante promover estilos de vida saludables, la suplementación de ácido
fólico, múltivitaminicos y minerales, así como una consejería nutricional y educación al respecto.
Algunos estudios incluso sugieren que los hijos nacidos de madres sin control prenatal tienen tres
veces más riesgo de nacer con peso bajo y otras afecciones. Además de los cuidados médicos,
muchas veces el control prenatal puede incluir educación, soporte emocional y preparación para el
parto.

Objetivos del cuidado prenatal:

• Evaluar el estado de salud de la madre y el feto y establecer la Edad Gestacional
• Evaluar posibles riesgos, corregirlos, vigilar muy de cerca el crecimiento del feto durante
todo el embarazo.
• Planificar los controles prenatales para identificar señales que puedan indicar un embarazo
de alto riesgo.
• Indicar ácido fólico en el 1er. trimestre de embarazo o antes del mismo, ajustar las
necesidades nutricionales tanto de la madre como del feto, a lo largo del embarazo y
después del parto, además de fomentar estilos de vida saludables
• Controlar la evolución de la gestación, preparar a la madre, su pareja y familia, física y
psíquicamente para el parto y nacimiento, ayudándoles a desarrollar sus respectivos roles
parentales y diseñar un plan de actividades acorde a cada etapa del embarazo que beneficie
tanto a la madre como al bebé, para lograr un parto sin dolor.
• Reducir el riesgo de complicaciones tales como el aborto, ruptura de membranas, parto
prematuro, diabetes gestacional, estados hipertensivos del embarazo.
• La frecuencia de consultas recomendada para un embarazo no complicado es: Cada 4
semanas durante las primeras 28 semanas, cada 2–3 semanas entre la semana 28 a la
semana 36 y semanalmente después de las 36 semanas.
El primer trimestre es fundamental ya que es durante esta etapa en la que se comenzarán a tomar
decisiones importantes al evaluar el estado de salud de la madre para lograr un desarrollo adecuado
del bebé.
Llegado el segundo trimestre, los cuidados y estudios irán orientados en conocer posibles
enfermedades congénitas, sexo y estado de salud en general del bebé para descartar o identificar
posibles factores de riesgo.
Durante el tercer y último trimestre, lo fundamental será el estado de salud general de ambos,
haciendo hincapié en los cuidados pediátricos del recién nacido.


Referencias bibliográficas:
• Elsevier [REV. MED. CLIN. CONDES – 2014; 25(6) 880-886]
• Guías de Práctica Clínica: IMSS–028-08.
• Prog Obstet Ginecol 2018;61(5):510-527.
• Revista Cubana de Obstetricia y Ginecología. 2018;44(1)